domingo, 31 de julio de 2011

Subida a Fontanales: calentito, calentito

Ayer, sábado, tocó el entrenamiento de bicicleta de esta semana. Como preparación para la ascensión a Artenara de dentro de tres semanas decidimos hacer gran parte del recorrido de esa etapa para que el cuerpo y la mente se vayan haciendo idea de lo que les espera.

En el día de hoy nos acompañaba, a Isidro y a mí, Julio, un tipo con muchos kilómetros en las piernas que llevaba un tiempo sin salir en la bici, pero que no se amilanó para nada a la hora de afrontar esta dura etapa.

Tempranito, como siempre, comenzamos desde Gáldar en dirección hacia Moya. La subida la hicimos por el Albercón de La Virgen, San Juan, Casas de Aguilar y El Palmital. Este tramo es una de las carreteras más trilladas por nosotros, porque bien subiendo o bajando la hacemos dos o tres veces al mes ya que forma parte de la mayoría de etapas que hacemos. El ritmo en estos kilómetros fue bastante suave y bebiendo mucho pues la ola de calor de estos días por esos parajes se estaba empezando a dejar sentir.Ya en Moya, pequeño abituallamiento y a por la subida a Fontanales. La subida se hace por la carretera GC160. Se trata de una ascensión de 9 kilómetros (desde el kilómetro 9 al 18 de la mencionada carretera, para luego llanear e incluso descender un poco antes de llegar a Fontanales que está en el kilómetro 21) con una pendiente media del 5,3% y máximas por encima del 7%, pero cuya principal característica es que no tiene grandes repechos, sino que es casi toda igual por lo que con el paso de los kilómetros se termina haciendo dura, pues tampoco tiene descansos.Como buenos amigos nos saludamos al inicio de la subida y "hasta luego Lucas", ya que Isidro lo dejó bien claro: "Lo voy a dar todo". Pues nada, vamos a ver hasta donde llegó pensé. Así que empecé a subir con la idea de hacerlo fuerte pero sin excesos, sabiendo que iba a ser una subida larga y dura, sobre todo por el calor que estaba haciendo ya en esos momentos, pese a que sólo eran las 10 de la mañana. El ritmo que ponemos es alto pero aguantable, rodando con cadencia, a buenas pulsaciones y levantándonos cada vez que la carretera se empinaba un poco más para no tener que subir un piñón. Pasan los primeros kilómetros y aún vamos juntos. En ocasiones tira uno, en ocasiones otro, en otras nos ponemos en paralelo, pero siempre a tope (yo hablo por mí, no sé si Isidro iba de paseo). Seguimos subiendo, y la temperatura ambiental también, lo que hace que tengamos que abrir la boca a tope para intentar coger la mayor cantidad de aire posible, un aire que quema y que se pega a los pulmones. Buff, y esto no afloja.

Otro kilómetro más, u otro menos según lo miremos, el ritmo sigue siendo alto, aprovecho los pequeños descansos que nos da la carretera para beber, pues la idea de la pájara hay que tenerla siempre en la cabeza con este calor, pero me encuentro bien, o por lo menos no me encuentro mal. Seguimos subiendo, ya queda menos, el aire cada vez es más caliente y ya en los repechos, sobre todo en algunas curvas redondas de izquierdas, después de ponernos de pie y forzar para no subir un piñón, sólo se oyen nuestros "boquíos", aquí nadie va de paseo empiezo a pensar, pero seguimos dando caña, ya no me hace falta mirar el pulsómetro porque siento los latidos descabellados de mi corazón saliéndome por la boca. La carretera se nos queda pequeña, buscamos apurar las trazadas al milímetro para no hacer ni un metro de más, buscamos la sombra de los árboles para sofocar el calor, las gafas hace tiempo ya que las dejé atrás porque parecía que iba por Londres con la superempañada que tenían, sólo pienso en que esto se acabe. Mi madre... quién nos manda a meternos en esto!!!!!!!!! Pero ya sólo quedan los últimos kilómetros, las piernas comienzan a desfallecer, mis muslos me gritan un segundo de respiro, ponerse de pie cada vez cuesta más, es momento de meter el 23 y llegar, QUÉ CALOR!!!!!!!!!

Seguimos juntos, y ahora lo voy a dejar? Cada vez que Isidro se levanta me entra "la cagalera", esta va a ser la definitiva, pero por qué no te estás sentadito mi niño? Vas a acabar conmigo!!!!! Y el calor... Me acuerdo de todos los que se quejan de la panza de burro en el norte; que vengan aquí a sufrir y a pasar el calor que estoy pasando yo para que vean como nunca más se vuelven a quejar.... Y entre pajas mentales y pedaladas por fin llegamos a Fontanales. Objetivo cumplido, estamos vivos. Si las subidas ya son duras...¿ por qué las hacemos nosotros más duras todavía?

En Fontanales parada larguita para descansar y comprar agua. Luego seguimos subiendo hacia Monte Pavón, ya ahora a ritmo completamente globero, por unos paisajes preciosos hasta llegar al cruce de Monte Gusano (foto superior de Isidro y la mía con la que empieza la entrada). En este cruce, girando a la izquierda subiremos a Monte Gusano: 5 kilómetros infernales que nos llevarán hasta el cruce con la carretera de Artenara, pero eso lo contaremos dentro de tres semanas.La bajada la hicimos por el Pinar de Galeote; Fagagesto, con su "repechito"; Caideros, con mucho viento racheado que complicaba mucho el descenso; y llegada a casa.En total nos salieron 74 kilometritos en 3h45m.

La próxima semana más.

3 comentarios:

  1. Ayer hice yo exactamente esa etapa con mi mountain bike y... si es algo durilla... a pesar de que tardé 10 minutos menos que ustedes, jejejejejee. Esta claro que se trata de una broma; todavía no estoy para esos trotes y menos sin bici de carretera. Aunque sufrieron estoy seguro que coincidirán conmigo en que los retos sufriendo son mejores retos, es el lado masoquista del deportista.Las fotos están de puta madre. Que siga el pedaleoooo

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  2. Corroboro 100 x 100 tus sensaciones Víctor, esta subida a Fontanales es de las nuestras, de las que sabemos exactamente en que piñón vas a subir por cada tramo, donde nos ponemos de pie y no sentamos en los puntos exactos en cada subida. Siempre lo digo esta subida es hermosa, por su paisaje y por su dificultad, en verano con sombra en muchísimos tramos de la subida y en Invierno es más bella si cabe. Sobre los ritmos, pues igual que tú, subí con lo que tenía, no me guardé nada, ¡de eso se trata!... :-)

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  3. Madre mía, "se me estais yendo...", vamos a ver la paliza que me dais el quince. Me teneis acojonado... Tendré que mirar el rutómetro de la etapa de la Virgen de la Cuevita para no perderme ese día...

    Espero no ser el único globero... :)

    A seguir así...

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