Nunca es tarde si la dicha es buena, por lo que voy a publicar en el blog mi experiencia en la pasada Travesía de La Bocaina. Se trata del mismo texto que la mayoría de ustedes ya leyeron en mi cuenta de Facebook, pero la voy a transcribir a nuestro blog porque ese es el espíritu del mismo, compartir nuestras vivencias en los entrenamientos y en las diferentes pruebas deportivas en las que participamos.
Sábado 15 de octubre de 2011
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6:30h Hotel Hesperia Playa Dorada, Lanzarote: PiPiPiPi.... Suena el despertador. El olor a neopreno impregna la habitación. Por fin llegó el día para el que tanto tiempo y esfuerzo había dedicado a lo largo del año.
7:00 Hotel Hesperia Playa Dorada, Lanzarote: Desayuno fuerte y consi...stente para tratar de cargar el cuerpo de energía. También abundante agua y bebidas energéticas.Va a ser un día muy largo
8:00h Playa Dorada, Lanzarote: Llego a la playa con tiempo para ponerme abundante vaselina y enfundarme en el chaque con tranquilidad. El sol comienza a asomar tímidamente y en el horizonte se vislumbran las siluetas, aún envueltas en las brumas mañaneras, de Lobos y Fuerteventura. El grupo más lento de los cuatro que conforman la prueba comienzan a dar sus primeras brazadas hacia el horizonte.
8:30h Playa Dorada, Lanzarote: Llegó la hora. Los nervios a flor de piel. Saludo efusivamente a mi amigo Samuel, estoy muy emocionado. No nos decimos nada, simplemente "Nos vemos en la orilla". Esta frase tan simple lo significaba todo en esos momentos.Un mar completamente en calma nos recibe amistosamente y comenzamos a nadar.
10:10h A unos 5km de la costa de Lanzarote: Primera parada de avituallamiento. Llevamos nadando 1h40m. El ritmo es súper lento y aún así hay que esperar en determinados momentos por los más rezagados del grupo. El mar ha estado en calma, aunque ahora parados las barcas se mueven considerablemente. El desayuno quizás ha sido bastante fuerte, todavía siento que llevo el estómago lleno por lo que no me voy a atiborrar. Simplemente un poco de sales y agua y un trozo de barrita energética compartido todo con el grupo de nadadores que me rodea.
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12:30h En algún punto de Estrecho de La Bocaina, Océano Atlántico: Esto se ha convertido en un infierno. Desde que empezamos a nadar después del avituallamiento el mar se ha embrabecido de lo lindo y no deja de fustigarnos con unas enormes olas que nos entran por la izquierda. Unas veces te pasa por encima, otras te lanza sobre ti al nadador que va a tu lado, otras eres tú el que caes sobre el nadador de tu derecha...Vamos, una gracia. Llevo todo el tiempo, cuando las olas me lo permiten, viendo la isla de Lobos y me da que estamos siempre en el mismo sitio. NO ME PUEDO OBSESIONAR CON ESO porque me desmoralizo. Hay que seguir bebiendo sales y agua y ya es el momento de tomarme el primer gel de mi cosecha del chaque, esta vez a la salud de José Arístides que fue quien me los pasó.
13:30h Flotando en algún punto del Estrecho de La Bocaina, Océano Atlántico: El mar no da tregua. El grupo, de 47 nadadores al principio, está complentamente disgregado en el océano. Yo voy con unos 15, nos han dejado una barca y varios kayaks. Alguien grita que nos quedan 3.000 metros. Sin embargo yo miro para Lobos y para Fuerteventura y me da que son un poco optimistas. Incluso hay gente que no come nada porque piensan que ya les queda poco. Yo, a lo mío, como y bebo como si me quedase lo máximo, porque no lo veía nada claro. Además para mí que estábamos en el centro de la costa norte de Fuerteventura, y Corralejo, nuestro destino final está en el noreste.
Las barcas y los kayaks ya no tienen bebidas ni geles. Me bebo los restos que quedan en los bidones, la mitad de ellos mezclados con generosos buches de agua salada, pero no puedo dejar de beber ya que tengo la lengua como un papel de lija. Aprovecho para tomarme los geles y las barritas energéticas que llevaba en el chaque mientras espero los reagrupamientos del grupo. Avanzamos lentamente, esta vez ya nadando en paralelo a la costa de Fuerteventura en dirección a Corralejo, con un fuerte oleaje en contra.Hace tiempo que una parte de mi cerebro me dice que existe la posibilidad de abandonar y terminar con este sufrimiento pero otra parte de mí me dice: "No tienes frío, no te duele nada, no estás cansado, esta gente está peor que tú, sigue nadando porque si no vas a tener que volver otro día para terminarla..."
En torno a las 15h en las cercanías del muelle de Corralejo, Fuerteventura: Llevamos una botada de tiempo en el agua. La última hora aproximadamente la hemos empleado en corregir toda la deriva de toda la prueba nadando contracorriente y con fuerte oleaje de frente en paralelo a la orilla en dirección a la bocana del puerto. Otros dos nadadores y yo, que estábamos más fuertes que el resto, decidimos por nuestra cuenta tirar juntos hasta el muelle. Ya lo estamos viendo, está a menos de 200 metros de nosotros.
Llega una Zodiac de la organización: "Son las 3 de la tarde. Se ha cerrado el control de llegada como estaba estipulado en el reglamento. Tienen que subir a la barca" Nos quedamos mirando como "gilipollas" para los tipos. Tanto sufrimiento para acabar "ahogados" en la orilla. Yo realmente estoy hasta las narices de esto, pero que me suban a la barca estando tan cerca... Va, ellos hacen lo que les ordenan, total ya no voy a salir en la clasificación ni me van a dar la camiseta... A tomar por saco, a la barca sin más remedio.
Nos subimos a la barca que nos lleva despacito hacia la bocana del puerto de Corralejo para dejarnos allí y que volvamos a nadar hasta la orilla. Otras barcas hacen lo mismo con el resto de nadadores dispersados por la zona. Para esto me hubiese quedado nadando...
Llego a la playa, la gente aplaude, pero no sé, a mí no me sabe esto a nada.Uno de los compañeros del grupo que llevaba el GPS me dice que hemos hecho 20 KILÓMETROS!!!!!!!!!!!!!! (La idea era hacer 15)Mis amigos me felicitan, pero yo... No sé, estoy hasta las narices de nadar, quiero irme, estar lejos del bullicio, de todo lo que me recuerde a la prueba, no quiero oír hablar de natación. Sorprendentemente no estoy cansado, ni frustrado, ni decepcionado.
Por un lado satisfecho porque se me reconocía el esfuerzo. Por otro decepcionado porque me quitaron el placer de disfrutar de tener la certeza de haberlo logrado mientras nadaba hacia la orilla del muelle. En cualquier caso salí HARTO de estar allí, en aquel mar dándome por saco todo el tiempo.
Tiempo: 7 HORAS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! y puesto 70 de la general de los 130 nadadores que tomamos la salida en Playa Blanca.
Les dejo un vídeo de uno de nuestros entrenamientos, espero que les guste